Saber y poder utilizar con sensatez científica la información disponible, en aras de solucionar el problema médico identificado (motivo de consulta), es uno de los retos a los que con mayor frecuencia se expone el médico clínico. Integrar la información científica a la práctica clínica, no es una tarea sencilla, pero si una prioridad actual en el campo de la medicina, proceso sobre cuyas raíces se cimentó la medicina basada en la evidencia (MBE).¹

La MBE integra la mejor evidencia científica (obtenida de investigaciones de calidad demostrada), la experiencia clínica (asimilada a través de los años de aprendizaje teórico y aplicación práctica),de los valores y preferencias del paciente, que, mediados por el consentimiento informado, también implica la parte ética de este proceso. ¹

La medicina se convirtió en ciencia allá por el siglo XVIII y desde entonces se ha tenido que exponer a constantes interrogantes: ¿Existen enfermos o enfermedades?, ¿debo usar protocolos estandarizados para enfermedadeso aplico el método clínico individualizado?; todo un reto tanto para el médico clínico como para los gestores sanitarios.

Hacer un diagnóstico por si solo es complejo, entonces utilizar la información disponible en la actualidad y adecuarla a las condiciones contextuales de cada sitio, es un reto que a la vez permite al médico en su condición de científico, aplicar la mejor evidencia, para lograr una atención médica no de tipo mecanicista, sino con base holística e integrativa; esto se logra con la enseñanza y aplicación del método clínico.²

Aplicar estos conceptos a la formación de habilidades académicas de la medicina clínica, tanto de las competencias como del desempeño, es el único camino para obtenerlas, sin importar el contexto. La enseñanza del método clínicoimplica que los docentes utilicen la bondad de métodos didácticos: demostración, explicación y ejercitación para el aprendizaje tanto de lo básico de la práctica asistencial (interrogatorio, examen físico y razonamiento clínico), comode la pasión científica, que implica la utilización de la mejor evidencia disponible, a través de la única forma de adquirirla: la lectura crítica.³

Con profunda tristeza se evidencia comode manera peligrosa se va perdiendo en gran magnitud la enseñanza de este tema en las universidades. Como parte de una línea de investigación, el autor del estudio, publicó un artículo sobre el tema titulado deficiencia en la aplicación del método clínico en estudiantes de tercer año de medicinaen un contexto académico asistencial diferente, pero con una marcada vigencia.⁴

Por ese motivo se decidió estudiar una cohorte prospectiva, con análisis transversal, de 174 estudiantes del octavo ciclo de medicina (asignatura Medicina I), de la Universidad Nacional de Ucayali (Perú);una institución pública del sistema educacional universitario peruano con proyección práctica en el ámbito asistencial. Como objetivo se planteó comprobar el estado actual del conocimiento sobre sobre el método clínico, durante los ciclos académicos 2019-I, 2020-I y 2021-I.

Los resultados permitieron constatar que solo el 24,6 % tenía conocimientos mínimos sobre la organización del método clínico, 35,7 % fue capaz de aplicar de manera adecuada una secuencia diagnóstica acorde al método, 24,7 % hizo un adecuado correlato entre el motivo de consulta (ingreso) y el diagnóstico definitivo, 43,3 % supo justificar el diagnóstico definitivo y el diagnóstico diferencial, en tanto el 68 % posicionó a los exámenes complementarios como el elemento fundamental en la aplicación del método clínico.Con estos resultadosse comprobó que el conocimiento sobre el método clínico en la muestra estudiada fue muy bajo.

Estos elementos vienen a ser una representación fiel de la conocida crisis del método clínico, que obviamente ha traído y traerá consecuencias alarmantes en la práctica clínica, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo y que se expresa mediante el deterioro de la relación médico paciente, la subvaloración de la anamnesis y de la exploración física, así como el sobredimensionamiento de la tecnología. ⁵

Al ser su rescate una prioridad se necesita una visión diferente e integral de la formación médica. Redefinir la enseñanza del método clínico como evidencia lógica en el proceso docente no es un reto, es la solución a muchos problemas de la praxisasistencial.⁶

Estimado Director: Si dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje se aprovecha con sensatez y coherencia la literatura científica disponible, mediante una lectura crítica, se aseguraría tanto la adquisición de los conocimientos como la adecuada toma de decisiones basada en la evidencia.